PROCRASTINACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA PSICOLÓGICA
La procrastinación es algo que todos hemos enfrentado en algún momento. Postergar tareas, aunque sabemos que podría tener consecuencias, es un hábito común que afecta a personas de todas las edades. Pero ¿por qué lo hacemos? Este tema ha sido estudiado ampliamente, especialmente en psicología, y nos da pistas sobre sus raíces y cómo enfrentarlo.
¿Por qué procrastinamos?
Una de las explicaciones más populares es que muchas veces evitamos tareas porque nos generan ansiedad o nos parecen demasiado complicadas. Por ejemplo, cuando lo que queremos hacer no coincide con lo que sentimos que somos capaces de hacer, preferimos posponerlo para evitar esa incomodidad. Esto pasa mucho en los estudios, donde las expectativas suelen ser muy altas. Si sentimos que no vamos a estar a la altura, evitamos la tarea como una forma de protegernos.
Otro punto importante es la falta de autocontrol. A veces sabemos lo que deberíamos hacer, pero simplemente nos cuesta hacerlo, especialmente si la tarea es difícil o estresante. Este problema se ve tanto en la escuela como en el trabajo, donde necesitamos una buena dosis de disciplina para avanzar.
Factores que influyen en la procrastinación
Hay varios motivos detrás de este hábito, entre ellos:
Baja autoestima: Si no confiamos en nuestras capacidades, es más probable que evitemos tareas complicadas.
Miedo al fracaso: Muchas veces preferimos no intentar algo por miedo a no hacerlo bien. Esto es especialmente común en quienes se exigen demasiado a sí mismos.
Perfeccionismo: Aquellos que buscan hacer todo perfecto suelen paralizarse, porque sienten que cualquier resultado que no sea impecable no será suficiente.
Cansancio mental: En un mundo lleno de distracciones, es fácil sentirse agotado. Esto afecta nuestra capacidad para concentrarnos y nos hace posponer tareas.
Lo que dicen las investigaciones
Desde hace décadas, los expertos han tratado de entender mejor este comportamiento. Por ejemplo, Solomon y Rothblum (1984) crearon herramientas para identificar las razones detrás de la procrastinación en estudiantes, descubriendo que la ansiedad y la presión social eran factores importantes. Más tarde, estudios como los de Furlan et. al (2014) mostraron que la ansiedad ante los exámenes y la procrastinación están estrechamente relacionadas.
¿Cómo podemos superar la procrastinación?
Aunque parezca difícil, hay formas prácticas de combatir este hábito:
1. Divide y vencerás: Si una tarea te parece abrumadora, divídela en pasos pequeños. Así será más fácil comenzar.
2. Comprométete unos minutos: Dile a tu mente que solo trabajarás en la tarea cinco minutos. Una vez que empieces, es más probable que sigas avanzando.
3. Fija metas alcanzables: Tener objetivos claros y realistas te ayudará a mantenerte enfocado.
4. Organiza tu tiempo: Una buena planificación reduce el estrés y hace más sencillo empezar.
En resumen, la procrastinación no es un defecto personal, sino una respuesta común a la ansiedad, el perfeccionismo o la falta de control. Entender por qué lo hacemos es el primer paso para dejar de postergar y empezar a actuar. ¿Por qué no pruebas algunas de estas estrategias y ves cómo te funcionan?